La vida en una prisión en Francia

Detalles del ingreso y del día a día en la prisión.

EL GREFFE

El GREFFE es el servicio que gestiona la situación penal de las personas detenidas. A su llegada a la prisión, el GREFFE registra la detención, crea la ficha penal y procede a entregar un número de encarcelación. Este número que se le asigna a la persona, llamado Écrou (se pronuncia ecrú), es la única identificación del detenido hasta su salida. Este número no cambia, solo si la persona es trasladada de prisión.

Así mismo, el GREFFE retiene las pertenencias que llevan consigo las personas al momento de su detención (pasaporte, computadoras, etc.) Se les entrega un papel para su firma, con el detalle de los objetos que quedan en su custodia, los cuales, normalmente, les son devueltos en el momento de su excarcelación.

Uniformes

En Francia los detenidos no utilizan uniformes, sin embargo existe una estricta prohibición de utilizar vestimentas de color azul (a excepción de los bluejeans), pues es el color utilizado en los uniformes de los vigilantes de prisiones.

Revisión médica

En los días siguientes a su encarcelación, las personas detenidas pasan por una revisión médica, a fin de asegurar el buen estado de salud, y para administrar los medicamentos que fueran necesarios.

En Francia, desde 1994, la medicina en prisión depende del Ministerio de la Salud, y no del Ministerio de Justicia.
Estas estructuras están vinculadas a un grupo hospitalario cercano a la prisión. La unidad sanitaria tiene a su cargo la medicina general (visitas y consultaciones médicas); cuidados de enfermería, incluyendo la distribución de medicamentos; cuidados dentales; exámenes de laboratorio y los servicios Médico-Psicológicos.

El S.P.I.P.

Posteriormente, reciben la visita de un miembro del Service pénitentiaire d’insertion et de probation, en francés (S.P.I.P). Este servicio está encargado de favorecer el acceso a los derechos y a los dispositivos que permiten la reintegración de las personas detenidas, asegurando la realización de actividades, cuyo fin es el de preparar su liberación y posterior reintegración en sociedad. Este trabajo lo llevan a cabo los consejeros y consejeras del S.P.I.P (se dice “espip”)

El trabajo en la prisión

Un día tipo en la prisión puede incluir dos salidas al patio, con lo cual los detenidos llegan a pasar hasta 22 horas al día en su celda.

En algún momento de su condena, y en la medida de la disponibilidad de empleos, la administración penitenciaria propone la realización de algún tipo de trabajo. Bien sea en la cocina, o en los ateliers, donde se llevan a cabo diferentes actividades (como colocar carátulas a cajas de CD’s) en la semana. Este trabajo depende de los llamados concesionarios, empresas privadas que firman contratos con las prisiones, con el fin de realizar trabajos simples.

El trabajo ayuda a olvidarse del encierro, y los días pasan más rápido. También permite a las personas contar con dinero para comprar diversos objetos de alimentación o higiene. Y lo más importante, en el caso de los delitos de tráfico de estupefacientes, el pago de la multa de la aduana (leer abajo).

La alimentación

La alimentación de todos los detenidos se elabora en una cocina central, la cual sirve de fuente de empleo para los mismos detenidos. Las comidas se elaboran y se reparten en las celdas, directamente, por lo que tampoco existen comedores.

En las mayorías de las prisiones solo se sirve el amuerzo y la cena, con lo cual la persona detenida debe comprar dentro de la prisión su desayuno. Estas compras se deben realizar en la cantina.

En las celdas no existen cocinas, sin embargo en algunas prisiones es posible comprar placas electrícas.

La cantina

Es un dispensario donde la persona tiene la posibilidad de comprar determinados alimentos, artículos de limpieza, cigarrillos, productos para el aseo personal, estampillas para el correo, aparatos eléctricos, o periódicos y revistas (en francés).

El pago del trabajo realizado en la prisión no se realiza en efectivo, sino que se acumula en una cuenta que se abre a nombre del detenido. Con el dinero de esa cuenta se puede comprar en la cantina.

Una vez a la semana, la persona detenida hace una solicitud de compra por medio de una planilla que distribuyen en las celdas.

La persona privada de libertad puede recibir muy pocas cosas del exterior, motivo por el cual la cantina es imprescindible, pues es prácticamente su única posibilidad de adquirir alimentos o enseres.

Qué pueden enviar los familiares

No se aceptan los envíos de ropa por correo, hay que ponerse en contacto con una asociación que pueda recibir el paquete y depositarlo directamente en la prisión, los días de visita. Solo las personas que no tienen permiso de visita de familiares pueden recibir la ropa depositada por las asociaciones.

Una vez al año, en diciembre, las personas pueden recibir un paquete de 5 kilos de alimentos. Todo debe estar guardado en bolsas plásticas transparentes, que permitan a los vigilantes realizar los controles pertinentes. No se aceptan líquidos ni alcohol.

Las salidas al patio, o la promenade

Promenade (se pronuncia sin la “e” final), paseo o caminata, es la palabra que aprenden más rápidamente las personas privadas de libertad, apenas entran en prisión. Esos escasos minutos en los que salen a un patio al aire libre y disfrutan, con suerte, de unos rayos de sol, bastante escasos por estas latitudes.

La seguridad al interior de la prisión

Sin llegar a hacer una alabanza del sistema penitenciario francés, desde nuestro punto de vista, la seguridad y la vida de la persona privada de libertad, tiene un nivel superior al que estamos acostumbrados a ver en América Latina.

La mayoría de las personas se asombran al comienzo por la seguridad, ya que temen por lo general que algo les ocurra. Algún tiempo después comienzan a sentir el verdadero peso del encierro, y la primera opinión positiva se desvanece. Por lo general, las personas latinoamericanas privadas de libertad, en Francia, no tienen antecedentes judiciales.

En cuanto a las visitas

Normalmente, ocurren dos veces a la semana, incluyendo el día sábado. Son de media hora de duración, excepto cuando la persona que visita viene desde el extranjero. En ese caso, la persona detenida debe solicitar una doble visita, para que le concedan una hora completa.

Las revisiones por las que pasan las familias son las mismas por las que pasamos los visitadores, los abogados, o el personal de la prisión. Una máquina escanea las carteras y otros objetos personales como los abrigos, y muchas veces los zapatos, que pueden llevar algún metal que dispara la alarma del escáner corporal.