El objetivo del trabajo del visitador o la visitadora de prisiones, es el de acompañar a las personas detenidas durante el período de encarcelamiento, con el fin de favorecer el retorno a la vida en libertad y prevenir una posible reincidencia.
Un visitador interviene directamente acompañando a las personas detenidas, la mayor parte de las veces de forma individual.
El Servicio de inserción y de régimen de condicional del establecimiento penitenciario asigna al visitador las personas que visitará (mujeres u hombres, mayores o menores), generalmente aquellas que están privadas de relaciones familiares. El visitador aporta su ayuda, escucha, sostén y conocimientos, para contribuir a atenuar los efectos de la encarcelación.
Existen dos posibilidades de comunicarse: la principal es por medio de las visitas, las cuales pueden constituir el único vínculo con el exterior de las personas privadas de libertad y sin vínculos familiares. Estas visitas se realizan en un espacio privado, generalmente donde se reciben las visitas de los abogados. La otra forma de comunicar es por medio del correo, el cual cumple con todos los controles de la dirección de la prisión, es decir, que las comunicaciones son vigiladas y controladas. Es decir, que todos los sobres de las personas detenidas tienen que ser entregados abiertos, para facilitar su lectura.
Larissa Peña, presidenta de la asociación ACMINOP, es visitadora de prisiones desde el año 2004, y miembro de la ANVP (Asociación nacional de visitadores de prisiones de Francia).
